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09 marzo 2015

Melanoma coriorretiniano.

Melanoma coriorretiniano (Cortesía de Alberto Vázquez).-  La retina, capa transparente del ojo, está separada de la coroides por una capa de epitelio pigmentario, en la que pueden aparecer tumores malignos, como el que se presenta en la imagen. Estos pueden surgir de novo o a partir de nevus preexistentes. 
Son más frecuentes en sujetos de raza blanca, con una incidencia de 6 por cada millón.
En la mayoría de los pacientes perciben alguna alteración visual, como visión borrosa, fotopsias o metamorfopsias por el desprendimiento exudativo que provocan, y en función de la localización que ocupen en la retina.  A veces pueden observarse vasos centinelas epiesclerales sobre el área del melanoma.
Además del fondo de ojo, ayudan al diagnóstico la angiografía con fluoresceína, la ecografía y la RNM.
Para el tratamiento es preciso considerar la localización del tumor, edad y estado general del paciente, estado del otro ojo, presencia de metástasis..., basado en la posibilidad de enucleación, radioterapia, LASER o esclerouvectomía.
En esta retinografía del campo nasal del OD de un individuo de edad, podemos apreciar una zona con alta concentración de pigmento alimentada por vasos procedentes de la coroides (lo que nos hace sospechar de la naturaleza maligna de la lesión), a la que acompañan dos grandes zonas de atrofia retiniana, secundarias a la tensión a la que somete el tumor a la retina. El aspecto general de la retina es el de una retina senil (86 años).

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